3ª ETAPA PEDALS DE FOC: CASTELLARS - ESPUI

Antes de iniciar mi crónica debo justificar, si puedo, el retraso, en fin, !!! QUE ES VERANO ¡¡¡, que estoy vago y tal, y tal.... Bueno, dicho esto, aquí el rollo de la etapa "corta" que por poco se convierte en odisea...
05 DE JUNIO DE 2010

El día amanece esplendoroso en Castellars, no hay nubes y si un buen Lorenzo, la cosa promete, me siento bien y tras dar buena cuenta del fabuloso desayuno que la señora posadera nos ha preparado y con la que nos hicimos unas fotos para recordar bien su saber hacer y agradecerle el fabuloso trato que nos ha dispensado nos preparamos para la corta, la de transición vamos. Estamos en el kilómetro 52,74 y de momento empezamos bien, bien me refiero subiendo a partir de lo que habíamos dejado el día anterior, o sea que los “pros” hicieron eso en un mismo día, solo de pensarlo ya me siento petado. La subida es con rampas duras y alternando con rampas “progresivas”, sí, sí, del verbo progresar. Y una porra. Bueno, tampoco fue para tanto, lo cogí con mi filosofía habitual, la palabra era dosificar, la cual cogí prestada de un blog de un colega que ya hizo la ruta y me pareció idónea.

Tras subir varios collados: Menal, Peranera Y Fades, viene una recompensante bajada por el barranco de Ert y que pasa por las villas de Erta y de Sas, iniciando nuevamente subidita dura un tramo y luego a progresar, que se lleva bien aprovechando siempre los arroyos para el abastecimiento de liquido, y de paso, una paradita de “dosificación”. Con eso llegamos a un bello collado denominado es coll de Sas donde nos espera una enorme explanada verde donde volveremos a tener el momento bucólico por unos instantes, cuatro fotos, cuatro poses y a bajar una pista muy divertida sin mucha complicación por el Prat d´Or pasamos el coll de sant Pere y luego llegamos a Sentis don de seguimos bajando pero por pista semiasfaltada dejándola a unos cuatro kilómetros y alternando por via que discurre a la derecha del rio pasaremos por Mola d’Amunt y al poco tiempo llegamos a la localidad de Esglesies (km. 73,09), donde debemos parar, entre otras cosas para sellar en la posada de “Casa Batle”. Allí fue donde los “pros” hicieron parada, o sea que se pegaron todos esos kilómetros del tirón y sin rechistar, yo no los hubiera soportado, a ellos me refiero, no a los kilómetros, o a lo mejor ellos no me hubieran soportado a mi, nunca lo sabré.

Salimos del pueblo y giro a la izquierda hacia Buira, dejándola al poco tiempo girando a la izquierda bordeando una granja- aquí tuvimos dudas ya que en medio del camino había una cuerda- ( no os preocupéis, más que nada es para el ganado). Subida y más subida así como algo de bajada- más bien poca- hasta pasar por el coll de Pemir y llegamos al punto fatídico.

En este punto llegó la discordia, el gafe que me dejaron los maifren de recuerdo y la anécdota del día, y de la pedals, vamos. Llegamos a un punto donde nos hacen dejar la pista que va hacia la derecha y entramos en un prado con sendero poco definido dirigiéndonos hacia collado con tramos a pie, siempre subiendo resto buscando el paso en el collado y con las correspondientes marcas amarillas. Todo eso muy bien, y lo de “superamos un pequeño collado y algunas zonas rocosas. Tierra arcillosa y algunos matojos, etc. Etc. Pero todo va bien hasta que se caga y ¿ como se caga si todo está escrito?, pues como todas las cagadas, por no leer todo, por despistes, en fin por que la vida es así, veréis. Las indicaciones ponen “ km. 80: Coll d’Oli, Cartel y seguimos por sendero poco claro al principio, marcas amarillas”, vale todo eso muy bien y con un dibujito que marca el letrero la flecha hacia la derecha y un aspa en el camino izquierdo. Mira que Toni también llevaba el Road Book de los co…es, pero como dice Murphi, “si tienes que tomar a la derecha, hazlo y no te despistes con las vistas”, o algo así . Pues eso pasó, tomamos el camino de la izquierda y todo parecía ir de maravilla: tramo técnico, arroyo, - no aparece la ermita- pero luego llega el dilema. En curva encimentada tomaremos a la derecha. Aquí no me suena nada. La Curva no esta encimentada y en el árbol hay un letrero que nos marca Guiró, el pueblo que buscamos, en el sentido de donde venimos. Preguntas y consultas, todo concuerda menos las curva. Hacia la derecha nos vamos pues hay unas casas y pensamos que eso Guiró, no sería extraño, porque muchos pueblos marcados son exactamente iguales que lo que veíamos. Nos acercamos y seguimos un camino hacia la nada pero con una dirección prohibida, no hay nadie a quien preguntar, dudas y más dudas. Volvemos atrás y decidimos bajar y bajar por una pista impresionante que los de siempre: Campa y Rafa la cogen con gusto y en plan Fredie Spenser, Guillem y Sergio a su rollo y Toni y yo, bajamos pero nos mirábamos y por suerte paramos antes de finalizar la bajada larguísima y solo temiéndonos lo peor, que sería lo que pasó.

Toni estaba convencido desde el principio que nos habíamos equivocado y yo en ese mismo instante lo estuve, más si cabe, convencidísimo de la cagada, las culpas, a todos, unos por no seguir nuestras indicaciones y otros por no ver más allá de nuestro manillar donde estaba la solución, la Pda.

Esta vez sacamos el plano entero y llegamos a la conclusión de que lo que habíamos hecho era bajar por una de las alternativas que tiene la pedals, concretamente la pista de color verde que te lleva de la localidad cercana a Esglesies hasta Guiró sin pasar por la primera, y claro, en el árbol está la indicación hacia el camino por el cual nosotros vinimos.

Tras las deliberaciones subimos cada uno a su ritmo que ha pesar de tener que subir 4 ò 5 kilómetros no me sentaron mal, si hubiera sido en el día anterior, ni te cuento, pero hoy lo podía llevar , más que nada era el cabreo de haberme equivocado con las cosas tan claras como las vi cuando llegados nuevamente al es Coll d’Oli vi el porque de todo.

Por suerte al llegar a la curva, no encimentada, vimos actividad en la granja o mejor en las casas que vimos y fuimos a pedir consejo. Un tractor quitando mierda, si mierda de vaca y de dentro de una nave llena de ella y nosotros allí cansados, sudorosos e intentando mitigar el hedor con la mano en la nariz. Rafa y Campa consultan con el granjero que literalmente les dijo” !!uyy¡¡¡ pues si vais por allí- refiriéndose al camino que pasa por su casas- no llegareis a Espui en dos días”.

Como decía una vez en la cima des Coll d’Oli, el sendero que hay a la izquierda- el cual no debes coger- es tan atractivo que te seduce y te lleva hacia él cual araña, A su vera un paisaje impresionante y ver que todos tiraron hacia ese lado, pues nada, unos cuantos kilometritos de regalo para la pedals.

Tras comprobar que el roadbook estaba en lo cierto y que el letrerito que yo no vi estaba en su sitio ( y mira que desde abajo lo veíamos) tomamos la senda adecuada y con el grado de técnica descrito por dicho librito llegamos a la ermita que no encontrábamos, pasamos el arroyo correcto y llegamos a la curva dichosa y encimentada, he de decir que tras pasar ese tramo se nos olvidó todo lo acontecido, pues la bajada fue super gratificante.

Tras el periplo por las tierras perdidas llegamos a la civilización empezando ésta en la Vall Fosca cosa que llevó gratos recuerdos a Sergio de su infancia cuando, muy acertadamente, sus padres lo llevaban de viaje por esos parajes para que, ya de crío, inculcarle respeto y estima hacia la naturaleza algo mermada en ese lado por los intentos especulativos que dejaron huella, y no borrada, en esa parte quizás más desconocida del Vall d’Aran, donde la carretera no va a ningún lugar. Dejando, entre otras cosas, el mastodonte de cemento que hubiera servido de base para el teleférico de es Triador donde se quería construir unas pistas de esquí.

Con esas llegamos a nuestro final de jornada, Espui y Sellamos en el hostal Monseny. Llegamos cansados sí, pero no tanto como el día anterior, o al menos yo. Ya eran pasadas las 16 horas y tras comentar en casa Sastre nuestras desdichas nos alimentan con unos buenos “pa amb tomàquet”, con jamón serrano, que a buen seguro era el que mejor que hasta la fecha había comido. También nos tranquilizó el hecho de que nos dijeran que no éramos los únicos que nos habíamos equivocado en esa etapa, supongo que era para quedar bien, quien sabe. Dimos buena cuenta de la comida-merienda-casi cena, es más, pedimos ración doble con cerveza que nos sentó de maravilla antes de adecentarnos un poco para cenar y, finalmente, preparar la última de nuestras etapas, que sin duda, fue apoteósica. Pero eso ya os lo contaré en mi última crónica de la Pedals de Foc.

Datos estadisticos:
40 kilómetros ( en teoría) más unos 12 de equivocación, pues eso 52 ó 53.
Calorías: todas quemadas hasta que comimos en Espui.
Los demás datos los tiene Toni Font, pedídselos a él.