Nostalgie


Colonia de Sant Jordi, Enero 2010

Aun que penséis que con el titulo os voy a hablar del Gadget de la radio que siempre escucháis cuando entráis en mi blog, nada más lejos de esa posibilidad. Ese tema lo dejaré para mejores ocasiones y cuando realmente no tenga muchas cosas interesantes que contaros, pero hoy no es así. Aun que seré breve y las fotos serán en formato algo diferente, como podéis ver, mi alusión a la nostalgia es el hecho de hacer esta ruta facilona, ligh, o como la queráis definir. Es también, si cabe, una reivindicación, del uso por parte de las bicis de un elemento arquitectónico que les fue vetado hace ya varios años.
El paseo marítimo de la Colonia de Sant Jordi, controvertido en su momento, discurre a lo largo de toda la costa que rodea a tan emblemático, popular y turístico pueblo costero, de unos 4 kms. aproximadamente de longitud, se compone de pavimento empedrado, con pasarelas de madera en los escollos rocosos inaccesibles antaño, con innumerables esculturas que decoran los diferentes puntos de descanso de los que consta.
No diré que no me gusta, pues mentiría, es precioso, pero si me molesta pensar que cuando discurro por él (una o dos veces al año) siempre en día laboral y en invierno, me siento mal, una por hacer prohibido, y dos, es como si me hubiesen expropiado algo propio, pues mucho antes de que lo hicieran, había pocas personas que hicieran uso de los senderos que había para dar un paseo, entre ellas un servidor.
Hecha la reivindicación toca la nostalgia que da titulo a la entrada. No en vano todos y cada unos de los rincones por los que pasas te lleva a la mente recuerdos de infancia y de juventud vividos en ese entorno, quizás no tan perfecto como aparenta con la construcción del paseo, pero que elementos como el "Carragador" de la Sal, detrás del hotel Cabo blanco, o el Faro, te hacen revivir épocas pasadas, y claro, suena la canción cursi de la Carina, en la que dice:"cualquier tiempo pasado nos parece mejor".
Inicio en Campos, como casi siempre, y cojo cami des Palmer y asfalto hasta el Salobrar des Banys de san Joan de sa Font Santa. Este día no pude aprovechar los caminos de tierra que discurren por el hasta llegar al cruce de es Trenc ya que las lluvias lo dejaron hecho un barrizal, no obstante os lo marcaré en el Wikiloc. Tras llegar a la playa por atajos tomo en dirección hacia la Colonia.
Hoy la arena te apresaba las ruedas como mordazas impidiendo un normal rodar si fuera con arena compacta cuando ésta se halla mezclada con alga. Con algo más de complicación de lo habitual llego a la playa del Coto e inicio el paseo por detrás del hotel marques del Palmer por una primera pasarela de madera y con el letrerito recordatorio de quienes son los usuarios no permitidos. Bueno, seré respetuoso y no como los que en varios puntos del itinerario dejaron huella: excrementos de can, pintadas y farolas rotas, nada que no se pueda solventar con dinero que yo también pago con mis impuestos, con la diferencia que por el mero hecho de ir en bici parece que degrado más que los autores de los citados antecedentes.
Esta parte hasta el cargador de Sal es muy poco pavimento de piedra y si mucha pasarela, pues antes solo había rocas y no era ruta habitual, es más, alguno de los hoteles había hecho propio la zona, incluso hasta el punto de llegar a prohibir el paso o acceso al mar, cosas que pasan.
En la zona del Cargador se levanta impetuoso una escultura de hierro en forma de cilindro seccionado, no está nada mal y aquí es donde me pega el segundo flash-back, ya que veníamos a tirarnos desde arriba del cargador para ver quien era el más valiente del grupo, o para intentar fardar ante la chica del momento, que tierno me siento cuando recuerdo estos fabulosos momentos.
En este sector han realizado un buen trabajo los gestores, llenando la zona de elementos tales como un solarium a pie del mar, que mi trasero recordará durante mucho tiempo al querer hacer un trombo-respetuoso- y quedar literalmente en el suelo cual alfombra.
Prosigo hasta el hotel Sur Mallorca. Este sector es el más novedoso, para mi, pues antes no se podía pasar de ninguna manera. Esta pegado al mar y mediante una larga pasarela te lleva hasta uno de los puntos de descanso y mirador que no puedes más que pararte y contemplar hacia el horizonte, en infinito sur.
Cogemos empedrado y llegamos a cala Galiota, playa más que urbana pero muy bien conservada y querida por todos los nativos y visitantes, con el islote de na Corberana frente a ella. Aquí, cambiamos algo de registro discurriendo por pista de tierra, corta, hasta coger de nuevo el carril y llegar hasta el faro donde de nuevo recuerdo las locuras juveniles pues ahora si hay una barrera que te impide llegar hasta el acantilado, donde tras pensártelo unos minutos, antes nos lanzábamos cual ave en busca de presa y finalizar en el profundo mar.
Seguimos hasta el final en el puerto y justo cuando terminas empieza-ya les vale- un pequeño carril bici que pasa por delante de todo el mogollón turístico de la zona portuaria, nada desechable pero, como decía, ya les vale a los "mandamases", todo el paseo prohibido y luego se acuerdan de nosotros metiéndonos ese mini-carril más simbólico que nada, en fin, allí está, no os diré que vengáis de cualquier lugar de Mallorca para hacerlo, pues no vale la pena.
Regreso por carretera hasta el salobrar y poco más o menos por el mismo sitio, salvando esa zona embarrada llego al final. Pues eso, amigos, y eso que dije que sería breve, pero la nostalgia me gana y no puedo más que escribir y escribir y daros a conocer mis humildes pero bellisimos lugares por los que discurro habitualmente, espero no haber sido un plomo y cuando vengáis disfrutéis del sur de nuestra roqueta aunque sea a pie por el paseo.